sábado, 7 de enero de 2012

Cuento de navidad

Hoy, entre las brumas de los sueños, entre la noche del amor y la paz, entre mi sabanas estrechándome en un cálido abrazo, entre mis pensamientos acompañados del sabor a hiel que últimamente abunda en ellos, entre el dolor y el aletargamiento, entre la indiferencia y la lucha que no quisiste que tomara.


Hoy, precisamente esta noche en que todo es diferente un extraño sueño me inunda. Raro, confuso se dibuja en mi. Quizás no fuera un sueño, me pregunto mientras escribo, fue todo tan real. Pero últimamente no se que es tan real y que es tan imaginario, pues me pasan cosas que nunca creí que sucedieran.


Todo comenzaba con una mujer, una persona de mi pasado. Dude si acercarme , dude si abrazarla, dude si bersarla, pero ella me acaricio como cuando era un niño y mirándome a los ojos me dijo esta noche soy yo tu regalo, ven conmigo”. Y volamos por el estrellado cielo de diciembre, jugando con las estrellas, hablando con la luna y cantando a la luz de las mismas. Me volvió a acariciar mientras descansábamos y me hablo, supe lo que de verdad echaba de menos su voz, “ahora mira en este espejo”. Mire, pero no era un espejo, porque en el no me reflejaba, solo aparecía un niño pequeño que sonreía, que jugaba que era feliz y entonces me reconocí. Era yo jugando con mis hermanos, era yo siendo feliz y de repente pasaron miles de imagines conmigo sonriendo siempre. Confuso mire a mi alrededor pero no había nadie, solo mi habitación. El espejo se rompió y en la oscuridad de la noche se formo una lluvia de diamantes. Volví a oír su vos , lejana, apagada diciéndome “no todo fue triste, recupera tu exencia” y entonces comprendí que debía volver a sonreír.


Toc toc llamaban. No era en la puerta si no en la ventana. Abrí y el frió entro. No había nadie. Pero al girarme me encontré a un viejo amigo “vengo a darte mi regalo” dijo y de repente lo que había a mi alrededor se torno en una espesa niebla que cuando desapareció me mostró un gran salón. Era mi salón con mi familia, con mi gente, con voces riendo y cantando, disfrutando. Volvió a cambiar todo y la vi a ella, quise hablarla pero no me oyó, quise tocarla pero mi mano la atravesó. Estabas feliz, estabas alegre pero tus ojos me decían la verdad. Le pedí a mi amigo que a tu mirada le devolviera la alegría y me respondió con un “no puedo, no depende de mi”. Volvió todo a desaparecer y volvimos a mi habitación. Se despidió mi viejo amigo no sin antes decirme “ se tu mismo, se david, se feliz. Porque estas locamente enamorado de ella ves y buscala. Pero nunca vuelvas a olvidar a quien tienes detrás”.


Con tu imagen en mi recuerdo me volví a sumergir en el mundo de morfeo. Me acariciaron la nuca, me besaron los labios hasta que desperté. Eras tu de nuevo, tu, con tu mirada, con tu sonrisa, con tus manos acariciando mi cara. Me cogiste la mano y me llevaste al balcón y me dijiste mira. Pero no había nada. Solo una inmensa oscuridad. Y entonces me dijiste “tu futuro nadie lo sabe, no esta escrito, nadie te puede decir lo que debes hacer, actua por ti mismo y escribirás tu futuro poco a poco” entonces me abrazaste, me besaste y te marchaste dejándome como recuerdo el aroma de tu cuerpo.


Tres fantasmas me visitaron, tres verdades me dijeron. Se tu mismo. Ama pero nunca olvides a quien tienes. Disfruta del presente, porque nada hay escrito.

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