lunes, 16 de julio de 2012

Adiós


Adiós, a las horas que pasan lentas, al sonido de las manillas del reloj que retumban en mi cabeza en un eco sordo. Al tiempo que se perdió en el pasado confuso, a ese que se desvaneció entre sueños y realidades, entre nieblas de futuros y pasados. Adiós al pasado que araña la piel con sus fuertes garras y provocaba profundas heridas.
Adiós, a las palabras desgarradoras, cargadas de sentimiento, que hablaban de ti. A la poseía embriagadora de los sentidos que te acarician en cada recuerdo. Adiós al recuerdo que llenaba mi corazón de tu presencia, la que escocia en cada despertar. Adiós, a las prisas que me esperaban en la esquina para acelerar mi ritmo.
 Adiós a nuestros sueños, los cuales compartimos. A la música de tu risa, al retumbar de tus besos en el eco de la memoria. A las caricias de tus manos que buscaban el contacto del calo. A las lágrimas que te añoran. Adiós a ti, porque pesas demasiado y es hora de desprenderse. Adiós, mirando al futuro, al que tanto miedo tengo. Adiós, a mis escritos pues la musa desapareció. Adiós a ti, adiós a mi. Y quizás algún día volvamos a decirnos hola.

viernes, 13 de julio de 2012

Todo ha muerto


Todo ha muerto, todo ha desaparecido desde que te marchaste. Murieron mis besos agrietados por el tiempo, en tus labios de deseo enloquecedor, esos que mojabas con tu lengua invitándome a jugar con ellos. Murieron mis caricias perdidas entre tu piel, entre los laberintos de tus curvas que deseaban ser recorridos entre la sensibilidad de tu bello erizado cuando mi aliento lo recorría. Murieron nuestros abrazos, desvanecidos en el adiós eterno de la despedida, entre lágrimas que resbalaban por nuestras mejillas para acabar empapando nuestra boca del néctar salado. Murieron tus latidos que llenaban el silencio de la soledad de mi alma, la que aun te acompaña y en sus sueños te encuentra, porque es ella la que sueña contigo, la que hace que en cada despertar le haga el amor a tu recuerdo, a pesar de que cuando te desvanezcas de mi mente no habrá más.
Mueren las palabras, silenciadas por la guerra, la de tu corazón, que permaneció en eterna lucha, entre dos mundos el del pasado, que tanto daño hizo, y el del futuro, que tanto me hiere. Mueren los te quiero dichos entre sueños, mientras te refugiabas en el calor de mi cuerpo, ahora el suyo. Murieron tus risas, asesinadas por errores, que se confundieron con verdades.
Muere mi corazón , mientras al tuyo le dio vida, muere por ti, porque mientras muere es feliz, pues te mantiene en el. Muere el recuerdo de los días felices en tu compañía con las manos entrelazadas fuertemente. Mueren los finales felices, pues el amor muere cada vez que un instante roza mi tiempo para recordarme tu vació.
Todo a muerto, todo ha desaparecido desde que te marchaste, porque tu te has llevado mi vida.

viernes, 6 de julio de 2012

Perdoname


  Perdoname por mis lágrimas, las que cada noche empapan mi almohada, perdonalas porque cada vez son mas amargas y tristes, perdonalas porque solo quieren que tus manos las sequen, el calor de tu cuerpo junto al mio y tus caricias en la espalda. Solo quieren volverte a ver, que tus manos sean las que en la oscuridad busquen mi piel y se entretengan de nuevo en recorrer mi cuerpo.
  Perdona a mi cabeza que no deje de pensar en ti, perdonala pues solo recuerda las cosas bellas, tus besos jugando con los míos y buscando en el aire mis labios; tus sonrisas que llenaban el silencio de música, la cual se desvaneció entre los ecos del viento; tus abrazos que me abrigaban cuando mi cuerpo temblaba bajo el ímpetu de miles de heridas. Perdoname pos ansiar todo lo que en sueños quise para ti.
  Perdona a mi corazón por latir junto al tuyo, cada minuto de nuestras vidas juntos. Perdonale pues en cada latido pronuncia una letra de tu nombre, perdona porque no es capaz de olvidar. Perdonale porque se aferra a las ilusiones y a los recuerdos, aquellos que se mantienes como fotografías en lo profundo del alma.
  Perdona todos mi errores, todas mis noches en vela, todo mi mundo lleno de tristeza. Perdona mis confusiones y que enloqueciera por ti, por tu amor, tan inmenso que me obceque en retener lo que con mis brazos no podría abarcar. Perdoname amor, por dejar de creer en ti, por perder las fuerzas y dejarme llevar por la corriente del ciclón que azotaba mi vida. Perdoname destino por pensar que no existes, que no eres nada mas que el sueño de un viejo loco que nos quiso engañar.
  Perdoname por amarte como te ame, sin medida y sin limites. Perdona por mis equivocaciones que nos llevaron a perdernos en el tiempo. Perdoname porque rompí el sueño que construimos. Y sobre todo perdoname porque aun te quiera.

miércoles, 4 de julio de 2012

Vestiré


   Vestiré a la primavera de ocres y rojos, de melancolía y de paseos bajo la lluvia. La llenare de hojas tristes y solitarias que ondean en el viento en busca de un lugar bajo el que reposar. Buscare para ella el olvido bajo el musgo de las piedras del recuerdo, aquellas olivadas por el paso infinito y triste del tiempo, que discurre ajeno a un sufrimiento grabado bajo la piel.
   Vestiré al verano con las oscuridad y el frío, solo para que tus ojos iluminen mi vida, para que tu cuerpo busque y ansié el calor del mio. Como en las ultimas noches de la ella consumida por el amor. Buscare el fuego del invierno, al que juntos mirábamos y donde dibuje con caricias las esperanzas que se esfumaron bajo el humo de la hoguera y los rescoldos llameantes entre cenizas.
  Vestiré al otoño con canciones y colores, como las que me recuerdan a ti. Como el perfume perenne de tu piel empapada por las lágrimas de cada una de tus noches en soledad. Con tus miradas brillantes al verme, con tu voz que resuena en los ecos de mi alma, la cual busca consuelo bajo tus últimos susurros, perdidos entre aquellos reproches que tanto hicieron daño.
   Vestiré al invierno con el calor y la alegría, el calor perdido de tu corazón que reclama el mio, como el agua que sacia la sed de tus besos. De alegría que erizaba mi piel al contacto de tus dedos, que recorrían la palma de mi mano intentando descifrar en ellas el destino , en busca de lo que ni siquiera yo esperaba.
   Vestiré a mis ausencias de ti, para llenar los vacíos que dejaste tras de ti. Vestiré al dolor con tu nombre para recordarlo el día que regreses. Vestiré al olvido de ti, porque ya formas parte de el.



martes, 3 de julio de 2012

Te llevare


Te recostare en la media luna, entre la luz cálida y la fría oscuridad, entre los sueños de millones de estrellas, por las que trepe para alcanzar tu sitio, el que te pertenece y nunca debes abandonar. Te acurruque entre las nubes tímidas que llegaban para acariciar suavemente, con sus dedos de algodón, tu inmóvil figura que descansa bajo esas miradas con tantos planes.
Te meceré entre las estelas de estrellas fugaces, para que con tus manos puedas agarrar los sueños que no debes dejar escapar. Seguirás la cola de los cometas que guiaran tu camino, hasta los designios de tu destino, en el que caerás irremediablemente buscando lo que reclamas como tuyo. Te llevare a volar a donde nada pueda alcanzarte, lejos de las tristeza y la pena, de la soledad y la desdicha, de las mentiras y falsedades. Allí donde se detenga el tiempo para mi y mi risa se confunda con la tuya. Donde mi mirada sea igual de inocente a la tuya. Allí donde nada importe.
Te llevare y esconderé. Porque eres el principio del final. La luz que iluminara todo nuestro camino y la esperanza de que el sino de nuestras vidas comienza a cambiar.

lunes, 2 de julio de 2012

Grises nubes


Duermen las grises nubes
bajo el manto de la tormenta
que se aleja en el cielo lenta,
como las heridas que no ves
y solo son visibles al roce de tu corazón.

Callan los lejanos truenos
como se secan las voces
en mis tristes ojos llorosos,
que empiezan a arrojar su lluvia
como en el día de tu despedida.

Muere el fuerte viento en un perenne lamento,
que mece melancólico el sonido del llanto
sin final a este tormento
que se acuna entre los pliegues
de la hojarasca del alma.

Tiemblan de nuevo tus errores.
Porque me perdiste, me alejaste
y hoy te das de nuevo cuenta
de que nunca me debiste
dejar alejar por esa senda.

Duermen las grises nubes.
Callan los lejanos truenos.
Muere el fuerte viento.
Entre el cobijo
de tus almohadas
allí donde lloras.