martes, 20 de noviembre de 2012

Vi

Vi en el cielo oscuro de la noche invernal cruzar una estrella fugaz, rasgando las auroras boreales que coloreaban el cielo, pintando en ellas el destello de mis deseos y rompiendo los cristales de hielo, simplemente para acordarme de tus ojos.
Vi en las olas que acariciaban suavemente las arenas de la playa tus manos recorriendo las mías. Que entre su espuma mecían al viento dejándolo escapar entre los suspiros de su fuerza. Vi en ellas tus caricias leves que bañan mi piel, caricias únicas, escuetas, simples que arrastran la sinceridad para entre mentiras ocultar lo que sientes.
Vi al sol del amanecer iluminar la mas negra oscuridad, el mas lejano rincón, de aquellos perdidos como todas tus palabras. Vi en la luz el brillo de tu sonrisa que ilumina a mi oscuro y herido corazón. Usare tu calor para a abrigarme con el y nunca mas dejarlo marchar.
Oí, en las copas de los arboles que bailaban con el aire, tu voz llamándome, tenuemente entre los susurros de la hojas, entre el crujido de las ramas. Oí que me cantabas una nana para poder acurrucarme entre tus brazos y poder descansar bajo tu perfume.
Vi en ti lo que quiero, te vi en mi buscando en lo mas profundo y decidí arriesgarme a que te quedaras y habitaras en mi.

Tanto tiempo

Llevo tanto tiempo caminando que olvide ya mis pasos, de a donde vengo o a donde voy. Llevo tanto tiempo enfrascado en seguir que el tiempo se llevo mis motivos y los oculto bajo capas impenetrables de piedra.
Llevo tanto tiempo buscando la palabra perfecta que termine lo que empecé, la sinfonía completa que adorne mis cuentos, la rima melódica que agote mis poemas o la canción eterna que para siempre recuerdes. Llevo tanto tiempo que olvide quien era el motivo para tanta tormenta, para tanta exaltación de mis sentimientos finiquitados por el frió extremo del pasado. Que olvide que aveces la felicidad se encuentra tras lo simple.
Olvide que bajo la sonrisa de un niño no hay mas motivo que un simple gesto de felicidad. Que tras la mirada protectora de una madre no hay mas que ternura. Que en el beso de los enamorados no se oculta nada mas que amor. Olvide simplemente a la felicidad.
Llevo tanto tiempo perdido que al encontrarte no supe que te hubiera encontrado. Solo en el mismo momento en que tus manos me rozaron descubrí lo que tanto tiempo busque.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Tu y yo

Deja que la oscuridad nos abrigue, para que oculte en ella nuestros besos perdidos entre lo cercano y lo lejano, entre lo efímero y lo eterno , perdidos entre tu y yo. Perdidos una vez mas entre tus sentimientos y los míos. Deja que mis besos te llenen y profundicen, deja que te lleguen al corazón para que confíe en mi, deja que lo curen, que lo revivan, que lo llenen de sueños e ilusión. Deja que se marquen para que sus huellas nunca se esfumen en la lejanía del tiempo. Deja que se encuentren entre tu y yo.
Deja que mis dedos acaricien tu piel, que la surquen de arriba a abajo buscando en ella tu alma, deja que naveguen por ella tatuando con su roce mi nombre en cada uno de tus músculos, deja que resbalen erizando cada uno de tus pelos. Deja que se entretengan porque no tienen prisa por marchar, pues están perdidos entre tu y yo.
Deja que te abrace sin pedirlo, deja que te proteja entre mis brazos, agarrate a ellos para nunca dejarte ir y que se encierren entre los tuyos. Dejame sentir en cada uno de los abrazos como late desbocado tu corazón, como lucha por salir para gritar en voz baja, baja suplicarme que no halla daño entre tu y yo.
Deja que mis sonrisa te despierte, que mientras amanece mis ojos se encuentren con los tuyos, deja que mis labios rocen los tuyos mientras susurras al oído, deja por una vez que la vida gane y nos encuentre entre tu y yo. Porque estábamos perdidos hasta que el lazo del destino se apretó entre tu y yo.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Me consume

Me consumen los recuerdos, hilados en el tiempo con las pequeñas puntadas de la aguja del destino, mientras descanso bajo el abrazo del frío de la cama vacía. Me consumen las horas que se agotan; infinitas, eternas y silenciosas; entre las yemas de mis dedos. Me consumen las llamas que lamen y abrasan las heridas de mi corazón. Me consumo en mis pensamientos, dispersos, difusos, oscuros y que acaban en ti.
Me consumen los sueños que me persiguen en las noches sin estrellas, en las que la luz de ellas se torna un faro del camino. Me consume el silencio de tu alma, que ni siquiera solloza por una de mis caricias, por uno de mis besos, por uno de mis abrazos. Me consume mis lagrimas que con cada una de ella se llevan un trozo de mi, despedazando por dentro todo lo que ame. Me consumen las mentiras que llegue a creer y las verdades que desperdicie, lo que mis ojos no quisieron ver y lo que mi cabeza llego a negar.
Me condeno a consumirme, a desaparecer y a perderme entre la hoguera que se eleva dentro de mi. Que consume cada uno de mis sentimientos y los reduce a cenizas, que destruye y solo infunde miedo en toda esperanza que nace. Me consumo tras cada amanecer, para dejar al anochecer la piel que un día te pertenecio.