viernes, 22 de junio de 2012

Prometí


Prometí al silencio no incordiarlo con los lamentos, no romperlo con el pequeño susurro que irrumpen en mi boca, no terminarlo con mis labios pronunciando tu nombre. Llamándote en la soledad de la oscuridad, en los sueños que alberga mi corazón, henchido por esperanzas y promesas banas de que un día volverás.
Prometí a mis lágrimas que no volverían a salir, quería encerrarlas en lo profundo del alma y que allí habitaran eternamente. Las prometí no jugar con ellas, no verlas otro día más, pero cada amanecer empapan mis sabanas como el rocío besa los pétalos de las flores. Las prometí que no volverían a escocer, que no harían damas daño entrando en las heridas aun abiertas, pero mis llagas necesitan de su néctar salado para sanar.
Prometí a mi corazón que se acabaría el dolor, ese que le hace estremecer cada noche cuando añora el calor de tu cuerpo junto al mio, ese que le provoca espasmos cuando mi mente viaja hacia los sueños en que tu y yo estamos juntos. Ese mismo que me recuerda lo que quise y ya no tengo, el que me recuerda que el tiempo corrió para ganarme.
Prometí a mi alma no sufrir con las ilusiones difusas que dejaron mi vida, con las sonrisas inacabadas que abandonaron un rincón en lo profundo de su mismo ser, con los besos perdidos entre mares de dudas, con las caricias de tus dedos recorriendo mi piel mientras buscan un sitio en el que quedarse, con tu mirada cristalina que me permitía ver dentro de ti. La prometí que jamas te volvería a recordar, pero mientras las pequeñas lágrimas corran por mi rostro, el dolor me haga temblar y el silencio me haga sentirte jamas podre abandonarte al olvido.
Prometí que te dejaría marchar a aquel lugar donde todo el mundo viaja, que me despediría de ti para que pudieras emprender el viaje, que escondería lo que siento para que pudieras partir sin dudas. Pero también prometí que siempre te amaría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario