martes, 19 de junio de 2012

Me confundes


Me confundes, creí saber de ti y no se nada. Creí conocerte tan profundamente que llegue a pensar que el destino se enredaba en nuestras manos. Pensé que sabia leer en tus ojos y no veo mas que un simple desconocido que duda en cada acción que acomete. Me confundes, creí que conocía cada gesto de tus manos, esas que en las noches descansan sobre mi pecho. Pensé que reconocería cada peca de tu cuerpo, esas que dibujan cobre tu piel el mapa de mi vida.
Me confundes pues cada acto del teatro del tiempo es una sorpresa que me hace carcajear, sonreír, emocionarme, como en las pequeñas historias de los grandes dramaturgos. Me confundes pues adivinar que piensas es como perderse en los laberintos de la memoria, donde encarcelas los recuerdos en las pequeñas celdas, para evitar que salgan y te hieran. Donde me pierdo incontables veces intentando encontrar una conclusión para la distancia de tus palabras, la frialdad de tus sentimientos, la lejanía de tu cariño.
Me confundes, pues cada vez que veo mi reflejo en el espejo no reconozco a quien miro, no veo a la persona que hace tiempo fui. Reconozco tu cara, tus rasgos, pero son como los de un antiguo amigo a quien hace años no veía, al que miro expectante sin saber que decir esperando que des el primer paso para empezar a conocernos de nuevo. Madurez, sabiduría, distancia reflejan tu mirada y tus sonrisas, símbolo identificable en ti. Has cambiado para mejor y eso me confunde, pues me tendré que adaptar al nuevo yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario