sábado, 22 de diciembre de 2012

Había una vez

Había una vez un corazón herido, entre reinas y princesas, entre cuentos y leyendas, entre sueños y realidades. Al que se le permitió volver a amar, al que le regalaron una nueva historia para volver a comenzar a latir. Había una vez un corazón que volvió a soñar.
Había una vez un alma engañada, entre mentiras y falsedad, entre soledad y tristeza, entre halagos ponzoñosos y verdades mentirosas. A la que se le permitió el volver a creer en aquello en lo que fracaso, a que le dieran la oportunidad de olvidar el pasado para escribir con suspiros un futuro.
Había una vez un beso perdido, entre pasión y lujuria, entre amor y desamor, entre deseo y cariño. Al que se le encontró unos labios en los que posarse, una lengua con la que entretenerse, una piel sobre la que pasear. Había una vez un beso que encontró el espejo en el que reflejarse.
Había una vez una oportunidad que se anclo, un sueño que se realizo, una esperanza que surgió, un desengaño que naufrago, una mirada que penetro y una caricia que se entretuvo. Había una vez un jirón de tiempo que se desgajo en recuerdos y se perdió en la inmensidad de la nada. Había una vez un todo para nada, porque siempre hay una vez.

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