Soñé que era una estrella, que lucia mas que ninguna, en la oscuridad del infinito, en la noche amarga de los tiempos, rodeado pero solo. No había nada a mi alrededor, vació, soledad. Pero era feliz pues me mirabas. Y entonces comprendí, me hice estrella fugaz para cumplir tus sueños.
Soñé que era la luna, que estaba grande y hermosa, iluminada por el amor de los enamorados, por las lagrimas de los desconsolados, por canciones y poemas, pero me apague porque quería iluminar tu habitación.
Soñé que era una vela, con mi llama orgullosa y caliente, el viento me agitaba, la mecha me temblaba, mi cuerpo se derretida, entonces apague mi llama, pues no era feliz porque no calentaba tu cuerpo.
Soñé que era nube, blanca, esponjosa, grande y blanca, que era libre, que surcaba el cielo empujada por tus susurro, que bailaba con la lluvia y el granizo, pero tuve frió, me deshice y me acurruque en tu almohada, poyabas tu cabeza dejando tu perfume.
Soñé, finalmente que era yo. Entonces desperté, porque no quería ser yo.
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