Camino entre el sendero del destino,
ese que niego y rechazo, que alejo de mi para no tener que pensar en
la esperanza de los sueños inalcanzables, en las ilusiones de las
trampas del tiempo. Mientras me hablen de ti, te repudiare. Hasta que
no aguantes, hasta que tu desesperación te muestre y te ponga en la
cuneta esperando a que pase y te recoja, pues tengo ganas de ti.
Ganas de ti, de que enseñes tu cara
amable. Tu lado bueno ese del que me han hablado. Ganas de que
llegues y me secuestres, de que cubras mi corazón con pañuelos de
seda y los alejes para que te pertenezca. Ganas de que aparezcas y
decidas trabajar para verme feliz. Ganas de que tus caricias me
despierten y me hagan morir de locura. De que me levantes entre tus
manos y me hagas volar. De que me drogues el alma y narcotices mis
pensamientos.
Tengo ganas de volver a soñar en
cuentos. Ganas de que la ilusión nazca de repente. De que vuelen las
mariposas en mi estomago. De perder el apetito por ti y ansié como
única comida tus caricias. De que me den de beber tus besos. Ganas
de perder mi mirada en la tuya, de ver a la luna y sentir el tiempo
parar, de observar estrellas y contarlas para entretenerme un rato
mas junto a ti, de llenar cubos de agua hasta secar el mar para estar
a tu lado una poco más.
Ganas de ti, aunque se que no existes y
no eres mas que una quimera. Algo que espero y nunca llega. Reflejo
de las fantasías de la niñez, espejo de los cuentos de mis días
felices. Ganas de ti y de oír tu latir.
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