Silencio en el infinito
del tiempo que se desdibuja en el cenit de la incomprensión de unos
sentimientos vacíos, carentes de significado. Vacío en el corazón,
desarbolado por la inanición y el abandono, despojado de todo
aquello que le pertenecía pero alguien se llevo sin motivo. Huérfano
de todo deseo e ilusión.
Vacío como la habitación
del recuerdo en el que cada una de tus fotos fue enterrada en el
cementerio de la memoria. En lasque tus besos se perdieron en las
cuevas del pensamiento, en lugares oscuros para que nunca más puedan
ver la luz. Tus caricias se desvanecieron entre el viento que
provocaban tus susurros. Temblabas de deseo cuando mis manos te
agarraban y recorrían tu piel dibujando las formas del amor, pero en
algún momento esa pequeña magia se olvido.
Vacío como la ausencia,
como tu hueco en la cama, en el que cada noche recuerdo tu sueño
malogrado. Como el espacio de tu sonrisa en cada despertar y de tu
mirada perdida entre mis ojos. Vacío como las noche sin estrellas y
en las que mi única compañera es la luna que me acuna mientras me
abraza con sus cabellos de plata.
Tantos sueños perdidos,
tantas sorpresas malgastadas, tanto desperdiciado que es incontable
e inabarcable para unas manos que puntean en la vida esperando dar
con la melodía acertada, con los acordes melódicos, con las notas
que conformen una canción con la que mi corazón deje, por fin, de
sentirse vacío y recupere su respiración.
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