A pesar del inexorable
paso del tiempo que teje su maraña de segundos en la infinidad, a
pesar de que cada vez esta mas distante mi primer recuerdo, de que el
espacio entre tu y yo, ese que un día fue ínfimo, se torna ya
infinito. Y de que el sol discurra sobre el horizonte aquel donde nos
sentamos a contemplar la llegada de los sueños. A pesar de que las
horas me empujen al vació sigo añorándote.
Porque al silencio lo
calla los latidos de mi corazón que pronuncian tu nombre entre un
débil susurro mientras descanso apacible en el mundo de los sueños.
En ese cálido lugar, donde te encuentras, donde cada noche ansias mi
llegada para fundirnos en un abrazo, para regalarme tus besos y poder
beber de ellos, para perdonarme mis defectos y hacerme perfecto junto
a ti. Donde tus caricias curan las heridas invisibles que ni el
tiempo con su hilo del olvido pudo cerrar y donde estas tu regalando tu
sonrisa que alivia las lágrimas amargas que todavía escuecen.
Porque mi alma desea tu
vuelta, que tus palabras la quiebren y la entretengan entre sueños e
ilusiones, entre esperanzas cargadas de felicidad. Porque mis labios
recuerdan tu primer beso, mi piel tu primera caricia, mi corazón tu
primer te amo, y mi cabeza no hace nada mas que recodar todo aquello
que fui para ti. Por ello te sigo echando de menos mas que el primer
día.
A pesar de que creí el
dolor apaciguado, el sentimiento perdido entre esos lugares
recónditos de lo profundo de la memoria, creí a mis recuerdos
eliminados a mis sueños olvidados, creí que todo hubo pasado y me
equivoque pues unas simples palabras fueran directas al corazón y
rompieron el yugo que las atenazaba provocando que hoy me diga a mi
mismo “Te vuelvo a echar de menos”.