Vestiré a la primavera
de ocres y rojos, de melancolía y de paseos bajo la lluvia. La
llenare de hojas tristes y solitarias que ondean en el viento en
busca de un lugar bajo el que reposar. Buscare para ella el olvido
bajo el musgo de las piedras del recuerdo, aquellas olivadas por el
paso infinito y triste del tiempo, que discurre ajeno a un
sufrimiento grabado bajo la piel.
Vestiré al verano con
las oscuridad y el frío, solo para que tus ojos iluminen mi vida,
para que tu cuerpo busque y ansié el calor del mio. Como en las
ultimas noches de la ella consumida por el amor. Buscare el fuego del
invierno, al que juntos mirábamos y donde dibuje con caricias las
esperanzas que se esfumaron bajo el humo de la hoguera y los
rescoldos llameantes entre cenizas.
Vestiré al otoño con
canciones y colores, como las que me recuerdan a ti. Como el perfume
perenne de tu piel empapada por las lágrimas de cada una de tus
noches en soledad. Con tus miradas brillantes al verme, con tu voz
que resuena en los ecos de mi alma, la cual busca consuelo bajo tus
últimos susurros, perdidos entre aquellos reproches que tanto
hicieron daño.
Vestiré al invierno con
el calor y la alegría, el calor perdido de tu corazón que reclama
el mio, como el agua que sacia la sed de tus besos. De alegría que
erizaba mi piel al contacto de tus dedos, que recorrían la palma de
mi mano intentando descifrar en ellas el destino , en busca de lo que
ni siquiera yo esperaba.
Vestiré a mis ausencias
de ti, para llenar los vacíos que dejaste tras de ti. Vestiré al
dolor con tu nombre para recordarlo el día que regreses. Vestiré al
olvido de ti, porque ya formas parte de el.
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