Todo ha muerto, todo ha desaparecido
desde que te marchaste. Murieron mis besos agrietados por el tiempo,
en tus labios de deseo enloquecedor, esos que mojabas con tu lengua
invitándome a jugar con ellos. Murieron mis caricias perdidas entre
tu piel, entre los laberintos de tus curvas que deseaban ser
recorridos entre la sensibilidad de tu bello erizado cuando mi
aliento lo recorría. Murieron nuestros abrazos, desvanecidos en el
adiós eterno de la despedida, entre lágrimas que resbalaban por
nuestras mejillas para acabar empapando nuestra boca del néctar
salado. Murieron tus latidos que llenaban el silencio de la
soledad de mi alma, la que aun te acompaña y en sus sueños te
encuentra, porque es ella la que sueña contigo, la que hace que en
cada despertar le haga el amor a tu recuerdo, a pesar de que cuando
te desvanezcas de mi mente no habrá más.
Mueren las palabras, silenciadas por la
guerra, la de tu corazón, que permaneció en eterna lucha, entre dos
mundos el del pasado, que tanto daño hizo, y el del futuro, que
tanto me hiere. Mueren los te quiero dichos entre sueños, mientras
te refugiabas en el calor de mi cuerpo, ahora el suyo. Murieron tus
risas, asesinadas por errores, que se confundieron con verdades.
Muere mi corazón , mientras al tuyo le
dio vida, muere por ti, porque mientras muere es feliz, pues te
mantiene en el. Muere el recuerdo de los días felices en tu compañía
con las manos entrelazadas fuertemente. Mueren los finales felices,
pues el amor muere cada vez que un instante roza mi tiempo para
recordarme tu vació.
Todo a muerto, todo ha desaparecido
desde que te marchaste, porque tu te has llevado mi vida.
Me gusta tío, pero recuerda una cosa: cuando algo termina, siempre es el comienzo de algo diferente, y quien sabe si en ese algo, encuentras lo que buscabas antiguamente.
ResponderEliminarY bueno no digo más que hoy estoy ya demasiado sensible, más de lo habitual.
Te veo luego loco. Te quiero mazo.