He seguido tus huellas
por la arena ardiente del desierto, las seguí sin separarme de
ellas, posando mi mirada en cada una, sin perderlas de vista. Las
seguí hasta que el viento soplo y las borro de mi vista, para
encontrarme solo sin saber donde ir y sin saber a lo que seguir. He
seguido tus huellas hasta que desaparecieron sin darme opción.
He seguido las señales
de tu camino, el que creí que me llevaba hasta ti, tropecé en mil
callejones sin salida, en cientos de muros y vallados que impedían
mi camino. Volví y recorrí nuevos senderos pensando que en uno de
ellos estarías tu, pero acabe en una carretera en la que no veo ni
principio ni fin.
He seguido la estela de
tu barco en los mares y océanos de lejano mundo, he navegado por las
antiguas rutas marítimas explorando cada una de sus islas, esperando
encontrarte en alguna de ellas. Surque mil y una corrientes para
seguir a tu embarcación y ver como se perdía en los confines del
mundo, quedándome solo ante la inmensidad del mar.
Te seguí a donde acaba
el mundo y empiezan las estrellas, donde nacen los sueños y mueren
las tristezas, donde tus manos me llevaron y tus besos me perdieron.
Te seguí allí donde tu me has dejado sin una pista para
encontrarte.
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