lunes, 15 de julio de 2013

Renuncio

Renuncio a la esclavitud de tu corazón, a que el mio se ate al tuyo día y noche. Renuncio porque no quiero un amor con barrotes, ni la luz de una celda en la oscuridad de la soledad, no quiero que las lágrimas recorran a cada instante los surcos que el tiempo deja en mi piel y que su sal escueza en cada una de las heridas que dejaste.
Renuncio a los sueños, a los sueños incumplidos, a los sueños junto a ti. Renuncio porque no fueron una realidad, pues las horas marcaron su caducidad. Renuncio a ellos pues no fueron nada mas que mentiras que tu lengua silabeo a mi oído en aquellas noches en las que junto a ti me recostaba. Sueños que se marchan con el adiós de tus besos emponzoñados, que quizás nunca fueron sinceros.
Renuncio a las ilusiones que me propusiste, esas que llenaban de sonrisas los vacíos. Las que estremecían mi cuerpo en pequeños suspiros. Renuncio a las ilusiones que tu cuerpo me daba, que tus abrazos me mostraban y que tu piel me dibujaba. Todo se esfumo como el humo de las hoguera que consumió mi alma en aquello que podríamos llamar pasión.
Renuncio a todo contigo, porque tu renunciaste antes. Renuncio al amargor de tu recuerdo y a las pesadillas contigo. Renuncio a que toda una noche en vela mi pensamiento sea para ti y a que al cerrar los ojos tu imagen se acerque para hacerme sufrir. Renuncio porque tu no me buscaste, porque la lucha se acabo en el tiempo que se perdió y tu no hiciste nada para recuperarlo. Renuncio a ti porque contigo se marcho todo.

2 comentarios:

  1. Pues sintiéndolo mucho, yo no renuncio a leerlo una y mil veces, pues me parece alucinante. Siempre lo digo, tienes alma para escribir y transmitir sentimientos al lector. Muaksss fantástico, de veras.

    ResponderEliminar