En la melancolía de la
oscura noche del otoño, del silencio del viento que golpea las hojas
marchitas y que arañan las ventanas llamando para jugar con ellas.
Del gélido abrazo de las sabanas, frías sin tu calor, nacen
lágrimas que chocan con el vacío de tu cuerpo en la cama.
Sigo esperando que todo
acabe, que todo vuelva a ser como antes a pesar de que nada lo es.
Sigo creyendo en mis sueños construidos contigo en la verdad que se
quedo a medias porque el tiempo se interpuso en ella. Sigo esperando
que vengas y me secuestres entre tus abrazos, entre tus gestos locos
que me divertía, entre tu risa divertida que me llenaba de música.
Sigo esperando que llegues, porque se que llegara, que nuestros
trenes volverán a chocas en una explosión de pasión. Que nuestra
parada se encuentre con el destino y decidamos nunca bajarnos. Sigo
esperando que tus estrellas se encuentran con mis nubes y se fundan
para llenar de luz la soledad y la oscuridad de la melancolía de las
noches de otoño.
Sigo esperando, sentado
en mi parada a que pases para mirarte una vez mas, para decirte que
te amo, para estrecharte en un beso y que no sea el último. Sigo
esperando porque mi corazón sin ti pesa demasiado.
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