sábado, 10 de marzo de 2012

El adios del amor

Lágrimas saladas, amargas, de las que se escapan cuando sabes que el destino te gana, de las que escuecen en el corazón, lágrimas que rompen sueños cosidos a base de tardes juntos, lágrimas que añoraran que tus manos las secuestren.
Voces tristes, voces dolidas, voces apagadas, voces que lloran cuando te despides, voces que se pierden en recuerdos tristes, voces que tiemblan cuando expresan, cuando aman, cuando duermen.
Miradas perdidas en la infinidad de los pensamientos, miradas fugaces a los sentimientos, miradas lentas a la verdad, miradas lejanas a la realidad, miradas quietas en tus ojos para ver el destello de los sueños y querer que sigan brillando.
Supe a que sabían los sueños, de que color se pintaban y de donde venían. Sueños, que proceden de tus sonrisas cristalinas, de tus miradas alegres, de tus besos apasionados, de tus caricias perennes, de tus abrazos claros y sobre todo de la unidad de dos corazones.
Sonríes cuando amas, lloras cuando parto. Pues el amor es un sueño en el que ríes cuando sucede y lloras cuando acaba.

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