Vi en el cielo oscuro de
la noche invernal cruzar una estrella fugaz, rasgando las auroras
boreales que coloreaban el cielo, pintando en ellas el destello de
mis deseos y rompiendo los cristales de hielo, simplemente para
acordarme de tus ojos.
Vi en las olas que
acariciaban suavemente las arenas de la playa tus manos recorriendo
las mías. Que entre su espuma mecían al viento dejándolo escapar
entre los suspiros de su fuerza. Vi en ellas tus caricias leves que
bañan mi piel, caricias únicas, escuetas, simples que arrastran la
sinceridad para entre mentiras ocultar lo que sientes.
Vi al sol del amanecer
iluminar la mas negra oscuridad, el mas lejano rincón, de aquellos
perdidos como todas tus palabras. Vi en la luz el brillo de tu
sonrisa que ilumina a mi oscuro y herido corazón. Usare tu calor
para a abrigarme con el y nunca mas dejarlo marchar.
Oí, en las copas de los
arboles que bailaban con el aire, tu voz llamándome, tenuemente
entre los susurros de la hojas, entre el crujido de las ramas. Oí
que me cantabas una nana para poder acurrucarme entre tus brazos y
poder descansar bajo tu perfume.
Vi en ti lo que quiero,
te vi en mi buscando en lo mas profundo y decidí arriesgarme a que
te quedaras y habitaras en mi.
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