Poesía. Hice de tus labios
poesía. Escribí de ellos cuentos, relatos y fantasías. Escribí sobre su color,
sobre su matiz, escribí su vida para hacerla mía, en cada uno de los besos que
se perdieron en tu boca, escribí los juegos de mi lengua entre tus dientes, del
sabor de tus suspiros, del calor de tu aliento. Poesía la de tus labios al
sonreír.
Lírica de métrica indeterminada
que se extiende en el brillo de tus ojos, que se pierde por el largo de tus
pestañas, que estalla en una de tus miradas. Lírica simple y sencilla en cada
uno de tus gestos y detalles. Lírica es lo que escribía cuando naufragaba en la
infinidad de tus ojos, cuando en la noche tu sabor me adormecía. Y un muro de
palabras levante para construir una hermosa estatua de diamante, como tu alma;
de zafiro, como tu mirada; de rubí, como tu corazón. Lírica y más lírica, sin música
o con ella, sin nada o con todo, lírica como el
brillo de tu mirada.
Compuse la más hermosa métrica
para ti, sin hacer sombra, sin llegar a merecer. Simples letras o palabras,
frases o versos que se perdían una y otra vez en sentimientos. Métrica que
marcaba el ritmo de lo que eras tú y de lo que soy yo. Sin más y sin menos,
pero sin ti. Métrica ya perdida en garabatos y esbozos de grandes poemarios del
corazón.
Mereces un gran verso, la
mejor estrofa, el mejor poema del más grande de los escritores. Yo solo se
escribir sonetos, sextetos, octavillas, coplas y demás que hablan de ti, del corazón,
de lo que eres para mí. Composiciones que narran mi sentimiento, que cuentan la
poesía de cada minuto contigo.
Poesía eres para mí, musa de
mis sentimientos, testigo del negro sobre blanco, de las líneas que hablan de
ti. Poesía, eso es lo que echo de menos, escribir esta noche en tu piel versos
y estrofas en tu corazón. Poesía es lo que ponías en mi vida.