Me han contado un cuento,
mis sueños me susurraron al oído un cuento, mis sabanas me
arroparon mientras el cuento me dormía junto a mi vieja almohada. Me
han contado un cuento entre el abrazo de las estrellas y las caricias
de la luna, mientras su luz plateada resbalaba por mi piel. Me han
contado un cuento mientras la soledad me acompañaba y se quedaba
adormilada junto a mi cama y mientras tu con un beso despertabas
junto a mi.
Me han contado un cuento,
mis sueños no olvidan y mi corazón te recuerda. Tu cuento, el mio,
el nuestro. Comenzaba como acababa, con nuestro beso, en la
oscuridad. Un beso tímido, distraído, juguetón, robado, provocado.
Un beso que añoran mis labios y que en el cuento era aun mas
hermoso, porque ellos volvieron a beber de tu boca , la devoraron con
ansias y se perdieron entre el sabor del perfume de tu cuerpo.
Mis sueños me contaron
el cuento, mientras dormía solo. Lo creí de verdad y aun creo las
palabras que en el me decías, “volveré”. Y ese volveré retumbo
en mi alma como el eco de la lucha por olvidar, como la canción que
sonó cuando te vi o cuando acaricie tu piel por primera vez. Cuando
mis manos cruzaron las barreras para poder sentir el calor de lo que
era amor y cuando se perdieron entre tu y yo.
Cada noche al ver las
estrellas fugaces pido el mismo deseo, tu vuelta. Espero sentado
verlas caer para pedir una y otra vez el mismo deseo, pues llueven
estrellas fugaces para que mis deseos se cumplan, para que mis sueños
se hagan realidad y sobre todo para que el cuento que me han contado
deje de ser un cuento y se convierta en lo que nunca debió dejar de
ser.