Cada noche una locura
que no tiene cura.
Un sentimiento que abriga
y creí perdido en la vida,
una vida que puede ser un sueño,
del que hace tiempo no soy dueño
pues todo a ella le pertenece
mientras en sus suaves manos mece
al frágil y cristalino caparazón
de un sufrido corazón.
Quiero locura en tus besos
en tus cálidos abrazos,
en tus penetrantes miradas,
en tus suaves caricias
y en cada despedida.
Quisiera decir que sufro,
sufro de locura
y tu eres el motivo
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