lunes, 8 de octubre de 2012

Sentidos

Oigo tu respiración profunda junto a mi, eterna canción de tu descanso, extraña serenata de tus sueños profundos. Tierna e inocente, silenciosa y tranquila se alza bajo el eco de recuerdos ya borrados de un pasado inexistente. Hablas, sin entender, tus labios húmedos susurran en silencio palabras que solo mi corazón escucha y tu voz tímida calma cualquier dolor de una vida que nunca fue mía.
Miro tu cuerpo desnudo bajo las sabanas que te cubren, bajo los escudos que te pusiste por miedo, bajo tu piel. Miro de reojo a tu alma tranquila que descansa cuando mis brazos la protegen, cuando mis dedos acarician una vez mas tu espalda. Miro y te veo junto a mi, sin prisa por marchar, sin prisa por quedarte, sin prisa por despertar.
Siento como mis manos dibujan tus curvas en la oscuridad, como tu piel se eriza con las caricias de mis mano, como te estremeces con cada uno de los pequeños besos robados a tu piel o como cuando, paciente, recorre mi lengua cada una de las cicatrices que la lucha te dejo marcada en lo profundo de tu ser. Siento tu calor cercano en el abrigo de una noche eterna.
Huelo, en el denso aire, el aroma de tu perfume que flota perenne en el viento de los recuerdos y te acompaña en tus despedidas. Huelo tus sueños cristalinos junto a mi que se los lleva el viento para hacerlos realidad. Huelo la colonia de tus sentimientos, la fragancia de tu corazón que despide en cada latido y en su eco trae de nuevo el olor de las ilusiones y esperanzas.
Saboreo entre mis labios el calor de tus besos, la calidez de tu piel. Saboreo el ultimo momento en que mi alma te perteneció en un instante. Me regodeo en el sabor de tu cuerpo que sirvió de festín para mi corazón hambriento.
Se que no eres un sueño pues mi manos te sienten, mi boca te sabe, mi nariz te huele, mis ojos te miran y mi oídos te oyen. Se que no lo eres porque duermes otra vez junto a mi y en el silencio mientras las almas se abrazan, nuestros corazones tocan una pequeña canción.

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