¿Miedo?-,
me susurraste ayer.
Si,
miedo-. Te respondí.
¿A
que? ¿ por que?.
Es
evidente... se que esto es un sueño, que cuando despierte no estarás
aquí, dándome calor, abrazándome, pidiendo un segundo mas de mi en
ti. Miedo a que cuando suene ese maldito despertador y ya no podre
hacer que huyo de tus besos, que escapo de tus miradas, ya no podre
jugar a acariciarte, ni besarte la espalda mientras te abrazo. Miedo
a que esta sea la última noche en la que pueda encontrarme contigo.
No,
algún día tu dejaras de venir a mis sueños y yo te olvidare.
Olvidare el calor de tu cuerpo, el olor de tu piel, olvidare el sabor
de tus labios y no serás mas que un pequeño recuerdo.- Dijo mientas
posaba la mano en su mejilla, la acaricio suavemente.- También
olvidare de que color eran tus ojos, la forma de tu cara.
Se
acurrucaron, la cabeza de ella entre el pecho de el, se abrazaron mas
fuertemente esperando que aquella noche no fuese la última,
esperando que el tiempo se parara y les concediera una tregua. Se
besaron como si aquel fuese el final de una larga despedida y se
dijeron lo que no se habían dicho nunca.
Y
entonces el despertador no sonó, pero ya no estaban juntos. Como
siempre el tiempo jugo en su contra y todo había sido de nuevo un
sueño.