Hace tiempo que deje de amar, que
se me olvido hacerlo. No se liberar al corazón, dejar que vuele, que sueñe o
que lata. Un día sin más deje de creer en el amor, deje de sentir, deje de
vivir esperando, para vivir sin querer, para desterrar el sentimiento y
hundirme en mares tan oscuros como el mismo infierno, he rozado los pecados, he
vivido de ellos, para recordar que seguía encadenado.
Se busca desde hace tiempo a la
dueña de las llaves de mis cadenas, a quien ropa los barrotes y me libere de la
cárcel de la soledad, a la persona del calor irracional. A la dueña de segundos
infinitos, de caricias interminables, de besos seductores y de miradas
penetrantes. Se busca a la persona encargada de hacer feliz a otra, de cumplir
sus sueños, de hacerla volar e invencible.
Se busca alguien quien quiera
ocupar un vacío en la cama, un hueco en el corazón, un destino sin final. Se
busca a aquella que rasgue los misterios con una palabra, que busque la
simplicidad del momento, que quiera acomodarse en un pecho. Se busca a quien sepa coser las heridas del corazón, a
quien quiera pegar una confianza ya deshecha y a quien quiera unir los
pedacitos ya desperdigados de un alma. Se busca a la chica que tienda la mano
en las caídas y quien sepa perdonar teniendo la razón.
Se busca o quizás deberías buscarme,
porque yo no sé en que parte del camino estoy,
en que momento de la vida me encuentro, ni en qué lugar aparece de nuevo
para continuar. Deberías buscarme para dejar de perderme, porque con tanta búsqueda
ya no se ni que debo encontrar. Solo puedo buscar y buscar, jugar y equivocarme
para poder encontrar lo exacto, esperando que seas tu.